Si saberlo,
te empieza a hacer cosquillas el alma,
te da saltos el corazón,
la mirada te brilla con fuerza,
y aumenta el ritmo de tus pulmones.

Te empieza a gustar,
te hace sonreir,
lo llegas a añorar,
si no lo puedes sentir.

Pero lo bonito,
como un corto romance,
se pierde a lo largo de un breve camino,
y si no termina de cuajar,
se marchita,
se le va la chispa,
que hacia que aflorara.

Empiezan los encadenamientos,
sin tiempo a lamentaciones,
vuelven los arrepentimientos,
y se acaban las ilusiones.




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